Aída Carballo, que nació en San Telmo en 1916, egresó con el título de profesora de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón en 1937, pero continuó su formación académica y aproximadamente una década más tarde (en 1948, el mismo año en el que recibió el primer premio de grabado en el Salón de Acuarelistas y Grabadores), completó los estudios de la Escuela Nacional de Cerámica.

Un año después, obtuvo el gran premio adquisición en el XVIII Salón de La Plata, año en el que recibió también su título de profesora superior de grabado en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto De La Cárcova, donde concluyó su formación académica. Pero continuó sin embargo estudiando, en 1951 y 1952, con la dirección de Alfredo Guido, con el cual trabajó en pintura y en pintura mural y entre 1958 y 1959, mediante viajes de estudio que realizó con el patrocinio del gobierno francés, en los cuales conoció especialmente España y Portugal.

Un hecho curioso

en 1969 la Federación de Líneas de Colectivos (el tema de los viajes en ese medio de locomoción fue frecuentemente abordado por la artista) le otorgó un pase único para todas sus líneas de la Capital Federal.

"Autorretrato con narices"

Un prestigio secreto

Un incomprensible silencio hizo sin embargo que su obra tuviese una suerte de prestigiounánime pero secreto, una especie de reconocimiento callado del medio y de los entendidos, que si bien nunca titubearon al referirse a su obra en considerarla superior, aún en una comparación con la de sus pares, tampoco hicieron lo suficiente como para difundirla de un modo más acabado. De ahí que el prestigio del que gozó no fuese suficiente para trascender a un nivel más popular, que con toda justicia hubiese merecido. Esto hizo que en los últimos meses, acaso por falta de incentivos y de estímulos artísticos, hubiese tomado la decisión de no alimentarse, circunstancia que naturalmente fue minando sus fuerzas. Sin embargo sobrevino un intento de recuperación que lamentablemente no dio resultado y en la madrugada del viernes 19 de abril de 1985, a las 4 de la mañana, pese a la atención médica que se le venía dispensando, se produjo su deceso.

Con ella desaparece una figura descollante de nuestro medio, donde tenía un bien ganado prestigio, tanto por la notable calidad de su obra, como por la seriedad de su trayectoria.