Unen París, Buenos Aires, el Monte Blanco y
el Aconcagua.
Artistas europeos y latinoamericanos hacen una
‘reescritura’ de los 500 años.
Por
Hernán Ameijeiras.
Publicado en la revista La Maga, 19 de agosto de 1992.
La artista plástica Teresa Volco acaba de participar
de una serie de experiencias y performances en el Monte Blanco -la montaña
más alta de Europa- relacionadas con un proyecto que comenzó en 1989 en el
Aconcagua y al que a fines de este año se le dará forma a través de la
comunicación entre ambos picos y las ciudades de París y Buenos Aires. El
encuentro en las cumbres de dos mundos, 500 años de amor y de odio intenta
ser, según Volco, una reescritura de la historia de la Conquista de América.
La historia, entonces, comenzó a reescribirse en 1989, cuando Volco,
Rubén Grau, Alcides Martínez Portillo, Juan Le Parc, Ortú Martín y Verónica
Artagaveytía realizaron en el Aconcagua un entierro de 21 esculturas
bifrontes -de un lado hombre y del otro mujer- que representaban la pareja
americana y que estaban rellenas de productos propios del continente (maíz,
semillas de flores, cacao, entre otros). Las obras, elaboradas en poliéster,
fueron depositadas en un pozo junto con una brújula y cuatro vasijas de vino
que marcaban los cuatro puntos cardinales. La experiencia se completó con
una serie de trabajos en las piedras del lugar.
Luego, el grupo en parte se dispersó, aunque Volco, Artagaveytía y
Portillo hicieron una instalación ambiental y performances en el Centro
Cultural Recoleta, en 1990, con el nombre de Confluencias, tal como se llama
el lugar del Aconcagua –un cruce de dos ríos a más de 4000 metros de altura
sobre el nivel del mar- donde se realizó el entierro.
"Después seguimos trabajando acá con hitos parciales del proceso -comenta
Volco-, tanto en forma individual como colectiva, pensando en volver al
Aconcagua en 1992, el año del tan mentado V Centenario. Paralelamente, Juan
Le Parc generó este año un proyecto en Francia que consistía en demarcar el
cuerpo de Europa en el punto más alto del continente, el Monte Blanco". El
proyecto pudo llevarse adelante porque fue presentado en un Festival de los
Hombres y la Tierra que se hizo en Chamonix, una localidad francesa, y allí
recibió un premio que incluyó los auspicios para la experiencia y la
impresión de 20 mil afiches.
En el proyecto del Monte Blanco -del que participaron, además de Voleo y
Le Parc, cuatro artistas franceses- se dividió la zona en pies, sexo, manos,
corazón y cabeza. En cada uno de esos lugares se realizaron instalaciones y
performances: en los sitios correspondientes a los pies, se hicieron
precisamente pies de seis metros de piedra y barro n todos los casos se
trabajó con los materiales recolectados en el terreno). En la parte del sexo
se limpió un terreno cubierto de piedras quedó formado un triángulo con
nieve; de noche, con maderas de la montaña, los artistas armaron una especie
de escultura con fuego, que fue ubicada en el centro de la figura.
Volco tuvo que volver a la Argentina tras participar de los trabajos en
los pies y en el sexo, pero señala que la idea era, en el sector del
corazón, hacer una escultura de ese órgano en nieve. En la cabeza -la cima
del Monte Blanco- se iba a colocar una figura humana en la que se
introducirá, al terminar el proyecto, un resumen microfilmado de toda la
experiencia. "En diciembre -dice Volco- vamos a subir al Aconcagua una
réplica de esa escultura, y también se la llenará del material microfilmado.
Ese mes redondearemos el proyecto: con un sistema que tiene fax, teléfono y
télex vamos a armar un circuito de información que conectará el Monte
Blanco, el Aconcagua, Buenos Aires y París."
"En esta experiencia hay un trabajo muy para adentro -continúa- que es el
de los artistas y su obra generada en lugares de difícil acceso, y también
un aspecto de mucha apertura que tiene que ver con lo comunicacional.
Queremos que la gente participe con los materiales que quiera -objetos,
textos-. Pretendemos hacer una reescritura de estos 500 años de amor y de
odio; se trata de escribir una historia interactiva, cuyo cierre provisorio
sería en diciembre."
“Todos estos trabajos, si bien no expresan un repudio directo de los
hechos ocurridos durante la Conquista de América, están realizados con la
convicción de que los modos festivos con los que se presenta esta
conmemoración no tienen mucho que ver ni con la realidad de lo que sucedió
ni con las posibilidades de cambiar algunas de las atrocidades que
ocurrieron", concluye Volco.
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